Oslo. Sin gluten.

Llegamos a la ciudad de la promesa. Sí porque prometimos a la niña que aquí desayunaría y comería sin gluten.
Oslo es fácil de visitar si vais en crucero pues la calle principal queda muy cerca de donde atraca el barco.
¿Veis el edificio marrón con un reloj dorado? Es el Ayuntamiento y de ahí parte el paseo que nos llevaría a la calle Karl que recorrimos entera.




Aquí está... El Ayuntamiento visto desde el otro lado y nosotros camino de un paseo muy agradable por Oslo.



Los semáforos señalan la prohibidión de cruzar con dos muñequitos rojos y no me pregunteis que no sé por qué y si no pues os digo lo que contesté a la niña, que no pudo evitar preguntar claro, será que en este país son un poco desobedientes.



Esto que veis a continuación no es el Palacio Real ni la Opera.. es la Universidad.





Y ahora sí que lo que vemos es el Palacio Real. Paseamos por sus jardines y pensamos que los Reyes debían estar allí porque vimos unos cochazos impresionantes aparcados.




Y estaba muy bien custodiado por niños. Con el debido respeto pero eran niños porque no tenían ni barba todavía. Eso sí, muy bien enseñados a hacer el paripé de vigilancia porque miraban a un lado.. a otro.. caminaban para vigilar el otro lado y allí estábamos haciendo fotos y como si no existiéramos.





Dimos la vuelta hacia el otro lado de la calle Karl, que por cierto está coronada por el Palacio que no se pierde de vista en ningún momento, y nos encontramos con la Catedral de Oslo.






Y en la callecita donde está la Catedral, en la Kirke Gata, nos encontramos (mentira que lo llevaba planeado) con ésto.






Bakefri es un local muy agradable donde los celíacos desayunan tranquilamente y se llevan el pan del día. De hecho está abierto sólo hasta las 16:00.

Se abren los ojos de ver tanto pan sin gluten fresco.





Me llamó la atención que utilizan copos de avena y aseguran que tienen un tratamiento especial y garantizan que son sin gluten.

La dueña nos esperaba porque había tenido contacto por mail con ella para asegurarme que el local estaría abierto en agosto y sus horarios. En cuanto nos vió nos preguntó con una sonrisa... ¿de España?. Hablaba en perfecto inglés, como casi todos los Noruegos y nos contó lo que tenían. Había bocadillos, dulces, tartas, pan del día y todo preparado por ellos.



Mientras desayunábamos no podía dejar de observar. Allí llegaban muchas personas a desayunar y sobre todo elegían los gofres con diferentes siropes. Luego se llevaban el pan del día.. que gusto... Tambien ví a una persona que había encargado una tarta y cuando se la sacaron y enseñaron... una tarta enorme y bien decorada..
Lo que me hubiera gustado pasar un día en aquella cocina y ver como trabajan.
La nena, como nunca ha podido elegir bollería en ningún sitio, se quedó como traspuesta y no sabía que quería y nos costó que probara algo.. con los dulces, fuera de casa, muestra mucha reticencia.



Quise comprar algo para llevarme pero no podía abusar porque en el barco no dejan entrar productos perecederos y tampoco quería que me pasara como con los bombones de Stavanger que se me hicieron papilla en la mochila.

Así que optamos por unos preparados de Cake aunque nos dijeron que no era producto propio sino importados de los EE.UU. Digo yo.. ¿Y por qué no llegan estos productos a España?




A partir de aquí no tengo fotos de la ciudad porque vino una nube que nos caló pero bien. Aunque no vimos el cambio de guardia en el Palacio sí que lo vimos en el Cuartel General (en ambos sitios es a las 13:30) pero desde un portal que nos protegía del aguacero y me negué a sacar la cámara y ponerla en riesgo.

Nos fuimos a comer y, aunque en Noruega puede un celíaco comer en cualquier sitio porque se conoce el tema en todos los restaurantes, ¿qué iba a elegir la nena?






Nos fuimos con un buen sabor de boca... nunca mejor dicho y... oooh fin del relato de nuestras escalas en Noruega.



Lourdes.


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