Patatas revolconas

Yo no me pongo a dieta.. no.. es mi endocrino quién me pone a dieta y me hace pasar hambre!!!!.. Jolines pues que me active el tiroides con mas dosis de pastillita.. ¿no?. Pues no.. eso no quiere hacerlo y encima, para rematar, me dice que con la edad hay que cuidarse mas... ¡¡con la edad!!.. ¡Por favor!. ¿Se han confabulado contra mí la ginecóloga, el oftalmólogo, la endocrino y el dentista que todos la mencionan?

En fín... que me ha dicho que el domingo me permite un caprichito y como no sé hasta adonde abarca aunque lo diga en diminutivo y, además, como opino que la psico hay que cuidarla a cualquier edad.. que eso no lo dicen...

Pues para hoy me marco unas revolconas con un buen vinito... ¡sea!







Ingredientes:

Patatas blancas, peladas y troceadas.
Un trozo de pimiento rojo
Dos hojas de laurel.
Aove
Panceta troceada en tiritas finas.
Una cucharada generosa de pimentón de la Vera
sal

Preparación:

Para comenzar se cuecen las patatas hasta que están bien blanditas. A mi me gusta hacerlo junto con un trozo de pimiento rojo y unas hojas de laurel.

Aparte, en una sartén grandecita y honda se pone un dedo de aceite del bueno, del de oliva virgen extra. Que por cierto, a todos los blogueros les ha dado por recomendar el mismo, que no voy a mencionar y que por supuesto es bueníiiisimo, pero como en la variedad está el gusto y tengo sangre mangurrina mi aceite recomendado es este: Jacoliva. Aove de Extremadura.

Cuando tengamos el aceite caliente echamos las tiras de panceta a freir. Una vez fritas se retiran con una espumadera y se reservan.

Bajamos el fuego y añadimos a la sartén una cucharada generosa de pimentón agridulce de La Vera e inmediatamente las patatas cocidas sacadas de la cazuela con una espumadera. No añadimos ni el pimiento ni el laurel.

Vamos removiendo las patatas a la par que se van aplastando con la cuchara de madera y salamos un poquito.

Tengo un vecino cocinillas que dice que él las aplasta con el culo de una botella.. Vale, es una forma de concienciarnos que no hay que hacer puré exactamente y que deben quedar trocitos minúsculos.. Pero déjame que no me quiero poner yo ahora a limpiar una botella y experimentar sobre el fuego en caliente.

Se comen acompañadas de la panceta.







Lo normal es servirlas en una cazuela de barro de donde pilla, con su tenedor, todo el mundo pero en el maravilloso mundo celiaquil nos aseguramos que no haya contaminación cruzada de gluten y nos volvemos así de estilosos...




Espero que os guste,

Lourdes