Kringel de espinacas, queso azul y piñones

Kringel es una torta rellena que se presenta con un retorcido de la masa que la hace muy bonita y cuya procedencia originaria es Estonia.

Se ha difundido mucho el nombre de Kringle pero debemos saber que es puro neologismo que se ha ido haciendo hueco en el vocabulario gastronómico y no sólo en el español.

El que sí tiene procedencia española es el neologismo Rotollo que deriva de la palabra Rotolo que en italia significa rueda pero no presenta los retorcidos.

Desde luego resulta curioso como desde la aparición y uso de las redes sociales la innovación terminológica es mucho mayor y no son exclusivas del famoso comidista.

Realmente es un manjar con multitud de opciones y yo elegí hacerlo salado y relleno de una de las verduras mar ricas en propiedades... las espinacas.



1. Las espinacas:

Lo primero que hice, y como eran una cantidad grande, las reduje en el wok con un chorretín de aceite. Cuando estaban bien reducidas añadí un envase pequeño de nata de cocina, 100 grs. de queso azúl, sal, pimienta molida y nuez moscada.

Como quería que quedaran a modo de pasta para untar lo pasé un poco por la thermomix.

2. La masa

No me salí de mi estilo que me resulta tan rápido y me aseguraba el manejo de la masa sin previos reposos para que tomara cuerpo.

- En el bol de la harina mezclé: 120 grs. de maizena, 120 grs. de leche en polvo desnatada, 120 grs. de almidón de yuca agrio, una cucharadita pequeña rasa de goma xantana, una cucharadita pequeña colmada de bicarbonato, orégano, sal y pimentón agridulce. Se mezcla bien y utilizaremos como harina.

- En el bol donde empezaremos a hacer la masa mezclé: un huevo, 4 cucharadas de aceite, chicle preparado con 200 cc de agua y 4 cucharadas de almidón de yuca, un sobre de levadura espumada en un dedín de leche con pizca de azúcar y un poco de harina. Se va agregando harina poco a poco hasta conseguir una masa totalmente manejable y podamos estirar cómodamente.



3. Preparación del Kringel

Una vez tenemos la masa estirada cubrimos bien con la pasta de espinacas que tenemos reservada y ponemos por cima unos piñones.

Enrollamos con cuidado.

Hacemos un corte a lo largo de todo el rollo.

Entrelazamos las dos partes, unimos formando una rosca y dejamos sobre la bandeja del horno a levar mínimo dos horas.



A la hora de hornear:

Lo pinté previamente con huevo batido, coloqué mas piñones por cima y eché sal en escamas.

Lo metí en el horno sin precalentar, encendí a 160º y lo dejé unos 45 minutos.




Es una delicia que queda muy suave y resulta muy agradable encontrarse las escamas de sal y piñones que le dan toque crujiente.

Salió muy grande así que lo que sobró lo troceé y tuve para repetir al día siguiente calentándolo un poco en el microondas.

Y mas que sobró me lo llevé al segundo día al trabajo y me lo comí en frío... y tan bueno que seguía.




Espero que os guste,

Lourdes.