Mi abuelo, hasta sus últimos días y a pesar de sus múltiples dolencias, presumía abiertamente de su virilidad mientras mi abuela se ruborizaba... ¡¡Calla Pedro!! ... Le decía.
Nos hacía reir mucho con eso y mi padre (su yerno) disfrutaba sonsacándole detalles. Para él todo comenzaba con una buena comida donde no podía faltar su afrodisíaco favorito... la hierbabuena.
Muchas veces me acuerdo de esta anécdota tan repetitiva en la casa de mis abuelos y creo que lo fundamental para esa actitud era su sentido del humor y su optimismo ante la vida a pesar de que habían vivido tiempos difíciles... muy difíciles.
La Hierbabuena era un referente afrodisíaco en mi casa, efectiva o no no es lo que importa, pero el recuerdo que entraña y la motivación que suscita al chiste es suficiente para alegrarnos el momento.
Si además le procuramos un combinado exótico y lleno de color... sin duda, tenemos un bocado afrodisíaco.
Nada mejor para cumplir el famoso consejo de Bucay: "Hazte novio de la vida"
Los bocados presentados en cucharillas se han convertido, para mí, en un indispensable. Por un lado porque nos libra del pan dañino para celíacos y por otro lado porque parece que incentiva el sabor a los ingredientes.
Ingredientes:
Mermelada de naranja
Crema de módena (no todas son aptas, miradlo bien)
Rulo de cabra
Jamón ibérico
Unas hojas de Hierbabuena
Aove (Aceite de oliva virgen extra)
Preparación:
En una cucharilla de degustación colocar de base una cucharadita de mermelada de naranja y rociar con un chorretin de crema balsámica de módena.
A continuación colocar encima un trozo de rulo de cabra.
Sobre el rulo unas virutas de jamón y hojitas de hierbabuena cortadas.
Rociar con aceite de oliva virgen extra.
Para que este bocado afrodisíaco esté completo se debe tomar con un buen vino y una buena compañía.
Intento tener presente la actitud positiva de mi abuelo y buscarle placer a cada momento de la vida. Un paisaje, una conversación, un paseo en bici, un bocado, un beso...
Espero que os guste.... y lo disfrutéis.
Lourdes.
Lourdes.