En el post del miércoles, Olivas Zarzeñas, en el que os contaba las olivas que se cogen en mi pueblo y su receta para guisarlas ó curarlas para consumir en mesa, os comentaba que algo hice mal... ¿recordáis?
Pues sí.. las aceitunas se me vuelven "blanducias" y no es agradable al paladar comerlas aunque están ricas de sabor... ¿Por qué?
Pues porque las he curado con agua del grifo que, aunque el agua de Madrid está riquísima y aunque dejé que se fuera el cloro, no vale para curar las aceitunas. En el pueblo las curan con agua del pozo y, además, no se echan en un recipiente de plástico sino de barro con lo que consiguen tener aceitunas para todo el año.
Pues porque las he curado con agua del grifo que, aunque el agua de Madrid está riquísima y aunque dejé que se fuera el cloro, no vale para curar las aceitunas. En el pueblo las curan con agua del pozo y, además, no se echan en un recipiente de plástico sino de barro con lo que consiguen tener aceitunas para todo el año.
He pensado curarlas con agua mineral comprada pero ¿qué marca se asemejará mas a la composición de los manantiales que surten a los pozos de la Zarza?.
Mientras descubro este dilema aprovecho las aceitunas que se me han quedado blandas para esta rica receta:
Tapenade
Es muy sencilla pues retiré el hueso de las aceitunas juntando unos 150 grs. Añadí una latita de anchoas, unas alcaparras y orégano.
Batí y... ¡Voilá!
El pan es el de microondas que hice aquí.
Espero que os guste.