Los Arribes del Duero

Aparte de recomendaos una salida muy bonita para un fin de semana, pretendo demostrar (como en otros post de salidas que he publicado) que lo único que se necesita para salir, sin gluten, es un combinado de tranquilidad, un poco de estudio previo de las zonas por las que nos vamos a mover, conocimiento en lectura de etiquetado y que estés abierto a comer alternativas.

Me explico con este último requisito: si además de ser celíaco no te gusta el pescado, las verduras lejos, la carne a ver como está hecha y ves una miga en la mesa del fondo.... pues la verdad es que lo tienes bastante difícil.

Tener temor es, la mayoría de las veces, desconocimiento del tema y en el momento que uno es consciente de lo que tiene lo único que tiene que hacer es aprender como controlarlo y echarse a vivir. En ese sentido me encanta el ejemplo que está dando Juan que cuenta su ruta por el mundo y ahí le tenéis... ¡¡sigue vivo!!

Recuerdo hace años cuando en la Asociación de celíacos de Madrid, la primera charla de orientación me quedé con una frase: Que la única limitación sea el gluten

Es la frase, la que inculcamos a nuestra celiaquina cada día y la que nos permite, ya, salir sin la "#BolsaSingludeEmergencia"




Había reservado recorrido en barco por los Arribes del Duero en la parte Zamorana a las 12 h. y con salir a las 8 había suficiente tiempo pero cosas de la vida que la noche anterior hablamos y dijimos... mejor salimos a las 7 no sea que pinchemos.

Pues pareció una premonición porque antes de llegar al túnel de la AP6 se encendió, en rojo, la alerta del coche de presión de ruedas. Esa alerta, la última vez que pinché, la recordaba en amarillo. El coche no hace extraños y despacio buscamos gasolinera en vez de parar en cualquier lado.

Ya en la gasolinera le dije a la niña.. hazte con provisiones no sea que nos veamos en cualquier lado parados y ella sola se encargó y encontró chocolatinas, patatas fritas, doritos... Y el coche lo que tenía eran las 4 ruedas bajas por el trote que le doy todos los días.. si es queeee... no lo digáis vosotros que ya lo digo yoooo: Mujer tenía que ser que no le reviso nunca las ruedas al coche.

En fín... superada la incidencia... ¡llegamos sobraos!



Curioso el efecto óptico en esta foto pues el barco no es pequeño, tiene capacidad para 150 personas incluso paseamos por fuera en mitad de recorrido e hicimos "escenita Titanic" para disfrutar de la brisa. Lo grande, aquí, son los cañones.

Aguas internacionales porque, en esta zona, delimitan frontera entre España y Portugal. Es una zona preciosa declarada patrimonio natural. La parte Zamorana tiene mas vegetación y los cañones no son tan altos como en la parte Salmantina. Aprendimos mucho con la guía que nos acompañaba y vimos nido de cigüeña negra, aves rapaces en libertad.. ¡cocodrilos la verdad es que no los vimos!




Luego paseamos por Miranda do Douro, pueblo portugués precioso donde, también, comimos. Sin complicaciones, habíamos oído decir que en este pueblo la carne es riquísima así que churrasco con patatas fritas para todos y de postre macedonia.








Cuando salimos de comer la lluvia era casi torrencial.. ¡¡a correr al coche!!







Nuestro alojamiento reservado era una casa rural donde estuvimos agustísimo.




Lluvia sí... pero...¿quién para a los culos inquietos?

Hicimos senderismo por la zona, fue todo un espectáculo paisajístico e hicimos limpieza de pulmones y de estrés






Esta seta que cogimos no íbamos a aprovecharla así que.. ¿Qué es lo correcto hacer? Para empezar no coger mas y acto seguido desmenuzarla y esparcir por el campo para que al año que viene tengan mas setas los lugareños.

Como ahora cae pronto la noche pues lo siguiente fue volver a coger coche y visitar Fermoselle. Por aquellas carreteras nos hubiera sido imposible movernos sin navegador e hicimos una visita rápida gracias a una foto que hicimos al plano de un libro que nos enseñaron en la casa rural.



Lástima de fotos... Los móviles no están hechos para la noche, al menos el mío.

Ya está bien... ¡hora de cenar!

Fue un lujo.. En el centro un puchero con puré de calabaza y picatostes de pan. En un plato con gluten y en otro mas pequeñito al lado de la niña sin gluten. Ensalada y carne guisada con patatas fritas. De postre arroz con leche.

Creo que todavía no he registrado este sitio en la web de celiaquitos... sin duda he de hacerlo porque lo supieron hacer muy bien y ahí queda para que cualquiera pueda llegar.




Y el desayuno igual... La niña tuvo su pan tostado, su zumo de naranja natural, mermelada casera totalmente natural y con productos ecológicos. Una maravilla.




De vuelta ya.. pues el finde solo tiene sábado y domingo.. decidimos visitar Zamora. Aunque veis un día espléndido allí ¡hace un frio que pela! Pero sin duda, la climatología típica de cada lugar también lo hace único... ¡veámoslo así!



Y como todavía no dió la hora de comer pues lo mejor es seguir avanzando hacia Madrid así que... ¿Dónde comimos?

En el Parador de Tordesillas. Bonito pueblo para visitar y, de paso, que la niña disfrutara de uno de sus platos preferidos, aunque no doy crédito, sopa con pan migado en el caldo.




Realmente son muy pocas las veces que salimos por incompatibilidad de muchas cosas.. pero esperamos que algún día hagamos muchas mas salidas así.. casi sin pensarlas.

Espero que os guste el relato.

Lourdes